jueves, 23 de mayo de 2013

Bayern vs. Borussia Una final de 320 millones de Euros


 
Bayern Münich y Borussia Dortmund están en boca de todos. Son los equipos de moda. Ya nadie quiere comprar camisetas del Barcelona o Real Madrid. Estos ya pertenecen al recuerdo. 

Son parte del pasado. El presente es teutón. No solo por resultados, sino también por un juego gustoso de ver. “Bienvenidos al fútbol del buen toque”, escribió César Luis Menotti sobre los alemanes. Ambos se medirán el sábado en una definición inédita de la Champions (ver número). Una final que estará marcada por una singularidad: el duelo entre el rico y el pobre del fútbol alemán. 

De un lado tenemos al Bayern, un equipo que apuesta por fichajes costosos. De hecho, gastó 260 millones de euros en contratación de jugadores desde el 2007 (26 millones por Ribéry, 30 por Gomez, 25 por Robben y 40 por Javi Martínez). El último es el de Mario Götze, del Borussia. Los bávaros pagaron 37 millones por el joven de 20 años y, según Bild, este gana 7 millones de euros al año. 

La política del Bayern fue esa en los últimos años. Para ser el mejor del mundo, hay que gastar, y bien. No se trata de sacar la billetera y pagar, sino de traer a los mejores. El fichaje de Pep Guardiola es una prueba de ello. El español llegará al cierre de temporada con el pergamino de ser el mejor DT de la historia del Barcelona. Pero algo malo debe de tener este Bayern. Y es así. 

Dentro del éxito hay una cuenta pendiente: la cantera. No precisamente por un tema de descuido o mal trabajo. El déficit está en los entrenadores. Una vez Guardiola dijo: “El mérito del Barcelona no es formar futbolistas en la cantera, es tener entrenadores que los pongan”. En el Bayern, el último en apostar por los jóvenes fue Louis van Gaal en 2009. El holandés le dio minutos a dos futbolistas que ahora son estrellas: Thomas Müller y Toni Kross. Después, salvo David Alaba, Bayern no tiene jóvenes en su habitual once titular (Schweinsteiger tiene 28 y Lahm 29). 

La otra cara de la moneda. Del otro, está el Borussia Dortmund, que es todo lo opuesto al Bayern. El equipo amarillo tiene una plantilla valorizada en 58 millones de euros, mientras que la de su rival del sábado cuesta 380.725. Es decir, una diferencia de 322.725 millones euros. Y es que luego de rozar la bancarrota en 2005, el club dio un vuelco total a su política. Tras ganar la Champions en el ‘97, la directiva creyó ciegamente en una idea de crecimiento: cotizar en la Bolsa de Valores. Pero lo que en un principio se creyó que sería una mejora, terminó siendo un paso hacia la desaparición, perdiendo el 80% de su valor. 

De esa forma, Borussia se vio obligado a vender a sus figuras (Koller, Amoroso, Rosicky y Frings) y aceptó un patrocinio para cambiar el nombre de su estadio e intentar salvarse. 

Y lo logró con otra política: austeridad. De hecho, su actual plantilla le costó 58 millones de euros, dos menos de lo que pagó Real Madrid por el brasileño Kaká. Bajo esa idea, Borussia logró ganar dos bundesligas, una Copa Alemana y ahora es finalista de la Champions. Bayern, por su parte, solamente logró la liga alemana. Aunque está camino a ganar la Copa y la Champions. Con una política diferente, el rico y el pobre chocarán este sábado 25 en Wembley. El partido soñado. Los principales 90’ de sus vidas, quizás.

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